(IV)
Si a uno solo lo
pueden, dos juntos, resistirán:
la cuerda de tres
hilos no se rompe fácilmente.
(4,12)
·
Fórmula
lapidaria para todo tiempo: mejor dos
que uno solo.
·
El
Cohelet no se la ha inventado. La ha oído muchas veces. Es sentencia común en
Oriente. La hace suya.
·
Nuestro
sabio la explicaría en la plaza pública, en la sinagoga, en las puertas de
entrada de la muralla, en el templo, donde, como los filósofos griegos,
encontrara marco para su docencia.
Tres casos pone como ejemplos:
-
Los
hombres que caen en una fosa
-
El
que padece el frío nocturno del desierto:
si dos se
acuestan juntos, se calientan (4,11)
-
El
que es asaltado por un ladrón.
Y si atacan
a uno, dos junto resistirán (4,12)
Cohelet no es un
sentimental. Es un hombre práctico. Para él la solidaridad es ante todo un hacer
efectivo. Su mundo, que le parecería demasiado lleno de sentimientos y de emociones,
habría de resolverse en realidades concretas.
Cohelet podría haberla
leído el mejor dos que uno solo en la
epopeya babilónica de Gilgamés:
“Si uno se queda solo, no puede vencer; pero dos, sí pueden.
Extraños, dispersan sus fuerzas; amigos, las aúnan. Un camino cortado a pico,
uno solo no lo puede recorrer, pero dos, ayudándose, lo pueden. Una cuerda
triple no se puede romper. Más fuertes que su padre son dos leones jóvenes.”
Y en otro punto de la
epopeya de Gilgamés:
“Un navío remolcado no zozobra, porque un cabo triple nadie lo
puede romper.”
QerhuteV
Ancien élève de Evode
Beaucamp
y de Francesco
Spadafora
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