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PÚLSARES Y ESTRELLAS DE NEUTRONES
Antony Hewish |
En
los albores de la radioastronomía,
varios
años después de descubrirse las primeras radiofuentes,
los “cuásares”, Antony
Hewish
(n. en 1974) radioastrónomo inglés de la Universidad de Cambridge,
emprendió un proyecto de investigación para profundizar en el
conocimiento de los cuásares
(ver
el artículo nº 12). Buscaba fuentes de radio que fluctuaran
rápidamente. Para ello construyó un radiotelescopio de grandes
dimensiones, de dos hectáreas de superficie, equivalentes a unas 60
canchas de tenis.
Jocelyn Bell |
Jocelyn
Bell
(n. en 1943), norirlandesa, y a la sazón estudiante de doctorado
bajo la supervisión de Antony Hewish, era la encargada de analizar
la información detectada por el telescopio. Se esperaban dos tipos
de señales: una proveniente de los cuásares y otra, proveniente de
las interferencias del entorno local de la zona. Pero Jocelyn
encontró un tercer tipo de señal, muy regular que venía siempre de
la misma ubicación del cielo. Decidió investigarla.
Era
un pulso de radio con una frecuencia de 1,33 segundos. Muy rápido y
periódico. No se parecía en nada a las fuentes de radio conocidas.
¿Sería, acaso, una señal de una civilización lejana que trataba
de comunicarse con la Tierra? Por ello le pusieron el nombre “Little
Green Man” (Pequeño Hombre Verde). Varios meses después,
encontraron otra señal de las mismas características con un periodo
de pulsación de 1,25 segundos, proveniente de otra parte distinta
del firmamento.
Era
muy improbable que dos civilizaciones extrasolares estuvieran
enviándonos señales. Llegaron a la conclusión, por tanto, de que
debía de
tratarse
de otro tipo de estrella. Poco tiempo después encontraron más
señales de las mismas características. A este tipo de estrella las
denominaron “púlsar”, acrónimo en inglés de pulsating
star
(estrella que emite radiación a intervalos cortos y regulares).
Estrella de neutrones |
Como
la mayoría de los descubrimientos astronómicos del último siglo,
la teoría ha precedido a los descubrimientos. No había pasado aún
un año del descubrimiento de las últimas señales cuando la
comunidad astronómica se planteó que ese tipo de señales tenía
que ser una estrella
de neutrones.
Una
“estrella de neutrones” es un objeto muy compacto y masivo; suele
tener una masa de dos veces la de nuestro Sol contenida en una esfera
de unos 10 o 12 km. Un solo trozo de materia de este objeto del
tamaño de un terrón de azúcar pesaría en la Tierra cien millones
de toneladas.
Se
genera cuando una estrella muy masiva, en las últimas etapas de su
existencia, se derrumba sobre sí misma produciendo la gran explosión
de supernova.
Si el núcleo que le queda a ésta es aún lo suficiente masivo –de
unas dos masas solares–, se crean unas condiciones tales de presión
y altas temperaturas que entran en un complejo proceso de
degeneración de los átomos tal que los electrones se unen a los
protones creando neutrones. De ahí el nombre de estrella
de neutrones.
Si la estrella hubiera tenido una masa superior a tres masas solares,
se habría derrumbado hasta llegar a la etapa de agujero
negro.
James Chadwick |
El
planteamiento teórico surge en 1932 a partir del descubrimiento del
neutrón,
la partícula del núcleo del átomo sin carga eléctrica, por parte
de James
Chadwick
(1891-1974), físico inglés. Las propiedades de esta partícula
permitirían el descubrimiento de la energía atómica de fisión.
Recibiría el Premio Nobel de física en 1935.
El
proceso de formación de las estrellas de neutrones fue propuesto en
1934 por los astrónomos Walter
Baade
(1893-1960)
y Fritz
Zwicky
(1898-1974), a partir del descubrimiento del neutrón, como el
posible núcleo residual que quedaba después de una explosión de
supernova.
Pero este trabajo no recibiría apenas atención puesto que entonces
no se conocían objetos a los cuales se pudieran asociar.
Thomas Gold |
Un
año después del descubrimiento de los púlsares
en 1968, éstos fueron asociados con estrellas de neutrones por
Thomas Gold
(1920-2004), astrónomo inglés relacionado con la teoría del Estado
estacionario. Propuso éste astrónomo que los intensos campos
magnéticos creados en las estrellas de neutrones emitirían fuertes
emisiones periódicas de radiación electromagnética en cada
rotación. La frecuencia de las pulsaciones daría la medida de la
velocidad de rotación de estas estrellas.
Los
púlsares son, por tanto, auténticos faros cósmicos puesto que cada
uno tiene una velocidad de rotación diferente. Se han detectado
púlsares con frecuencias que van desde una pulsación cada ocho
segundos hasta algunos con frecuencias superiores a seiscientas por
segundo; esto es, con velocidad lineal de rotación supera los 70.000
km/segundo. Aunque sólo pueden detectarse aquellos que “apuntan”
hacia la Tierra.
Algunos
púlsares con periodos extremadamente constantes han sido utilizados
para calibrar relojes de precisión.
Púlsar |
En
la placa de oro de la nave Voyager II, que ya ha salido del Sistema
Solar para introducirse en el espacio interestelar, se indican, entre
otras informaciones, catorce púlsares cercanos para localizar de
manera exacta la ubicación del Sistema Solar en la galaxia.
Antony
Hewish fue galardonado con el Premio Nobel de física en 1974 por el
descubrimiento de los púlsares. La comunidad científica sintió que
no se lo hubiera otorgado también a Jocelyn Bell. En compensación,
ésta recibiría numerosos premios y galardones a lo largo de su
extensa carrera profesional. También en España le fue otorgada, en
2015, la Medalla de Oro del CSIC por sus méritos.
Joselyn
llegó
a confesar en una entrevista que no lamentaba no haber recibido el
Nobel, pues le había ido mejor en su vida sin ese galardón.
Francisco
Sáez
Universidad
de Vigo
Estrella de neutrones |
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