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69. Los Tercios Viejos


   

13 GRANDES MAESTRES Y CAPITANES (II)

13.1 LUIS DE REQUESENS Y ZÚÑIGA (1528-1576)
D. Luis de Requesens y Zúñiga.

D. Luis de Requesens y Zúñiga, General de Mar y Tierra, Comendador de Castilla, paje del rey Felipe II con quien fue compañero de infancia y compartió juegos, preparación y estudios.
Buen militar, embajador y político, sirvió siempre los intereses del rey con total entrega y dedicación.
Había nacido en Barcelona, en la casa-palacio de sus padres, el “Palau”, antiguo palacio real de los reyes de Aragón, en Barcelona.
En 1537, a la edad de 9 años, Carlos I de España le concedió el hábito de Caballero de la Real y Militar Orden de Santiago.
En 1543, acompañó al príncipe Felipe a Lisboa para su matrimonio con María de Portugal.
El 12 de julio de 1551, llegó Felipe II al puerto de Barcelona y Luis de Requesens salió a recibirle como antiguo compañero. Venía con el rey el duque Manuel Filiberto de Saboya, a quien ofreció hospedarse en su “casa-palau” familiar. De esta convivencia durante su estancia en Barcelona nació entre los dos personajes una gran amistad y un aprecio mutuo que duró toda su vida.
En las capitulaciones con la Orden de Santiago, de las que era caballero, aceptó que ésta recibiría del rey 4 galeras con el compromiso de tenerlas siempre a punto para la defensa de las costas mediterráneas y la Orden propuso y así quedó determinado, que Luis de Requesens se hiciera cargo de ellas. Esta fue la ocasión de su contacto directo con el mar.
En 1561 inmensamente rico por diversas herencias familiares, después de haber renunciado a la dirección de las galeras, fue nombrado por el rey, su embajador ante la Santa Sede.
En el nombramiento se le asignaba un sueldo de 8.000 ducados de oro al año y otros 10.000 para el traslado de él, de su familia y séquito a Roma.
En 1566 fue elegido papa el cardenal Antonio Michele Ghislieri, bajo el nombre de Pío V. Luis de Requesens, como embajador del rey Felipe II, fue quien más trabajó en la preparación y firma del Tratado de la Santa Liga.
Estando en Roma fue llamado por Felipe II para ponerse al servicio de D. Juan de Austria y dirigir con él la guerra contra la sublevación de los moriscos en las Alpujarras (1568-1571).
En 1571 y 1572, nuevamente siguió junto a D. Juan de Austria, nombrado capitán general de la Santa Liga y con él preparó y posteriormente dirigió la gran batalla naval de Lepanto.
En un correo confidencial expresamente le ordenaba el rey que el “capitán general, (D .Juan de Austria, su hermanastro), no podía expedir ni firmar disposición ninguna sin la previa revisión y aquiescencia de don Luis», tal era la confianza que D. Luis inspiraba a Felipe II.
Por otra parte, la compenetración de Luis de Requesens con D. Juan de Austria era tan grande como la que mantenía con el propio rey.
Requesens “prometió a la Virgen que mandaría construir un convento en Villarejo de Salvanés en su nombre, si ganaban la batalla” (Lepanto). Y así se hizo con el beneplácito de D. Juan.

Acabada victoriosamente la lucha naval contra el turco, en 1572, el rey le nombró, en premio a sus muchos servicios, gobernador de Milán y al año siguiente en 1573, de los Países Bajos, muy alborotados y soliviantados por la dureza con que Fernando Álvarez de Toledo, III duque De Alba, ejercía su mandato.
En 1574, consiguió una gran victoria en Mook frente a las tropas de Luis de Nasau, pero el proselitismo calvinista y la falta de erario público para mantener los efectivos de sus tercios, hicieron fracasar su pacificación.
Por estas mismas fechas, (mayo de 1577), murió Osorio García de Toledo, capitán general de la Mar y marino muy destacado en las batallas navales de La Goleta. Poco después, fue nombrado para sustituirle Luis de Requesens que se alejó de Roma tratando de organizar una escuadra poderosa para enfrentarse a Barbarroja y a los berberiscos que seguían asolando las costas de España y de las islas mediterráneas.
Murió el 5 de marzo de 1576 a la temprana edad de 48 años, en plena sublevación de los Países Bajos.


13.2 ALEJANDRO FARNESIO, DUQUE DE PARMA
(1545- 1592)
Alejandro Farnesio.
     Ottavio Farnesio era hijo del duque de Parma y de Margarita de Parma, hija natural de Carlos I el emperador. Por tanto, era sobrino del rey Felipe II y de D. Juan de Austria. Su infancia transcurrió por ello en la corte de España y en 1565, se casó con María de Portugal, nieta de Manuel I el Afortunado.
Luchó en Lepanto al lado de su tío D. Juan de Austria y tras la batalla, al ser nombrado éste gobernador de los Países Bajos, una vez iniciado su mandato, se llevó consigo a su sobrino Alejandro Farnesio para ponerle al frente de los tercios de Flandes.
D. Juan de Austria y Alejandro Farnesio siempre estuvieron unidos por una gran amistad y una total confianza entre ellos, unidos como estaban por lazos de sangre, amistad y profesión.
D. Juan de Austria con la ayuda de los tercios de Alejandro Farnesio llegados de Italia, vencieron en la batalla de Gembloux, (1578), a los protestantes sublevados en los Países Bajos, en los inicios de la llamada Guerra de los 80 años. Fue una gran victoria, pues los contrarios eran muy superiores en número. Sin embargo, con pocas bajas propias, pasaron de 10.000 los enemigos muertos o prisioneros y se adueñaron además de toda su artillería y bagajes.

Grabado del siglo XVI que representa a Alejandro Farnesio preparando su caballería para cargar sobre el enemigo en la batalla de Gembloux.


En 1578, D. Juan de Austria, cayó muy enfermo y a punto de morir, consciente de la gravedad de su estado y de las circunstancias por las que atravesaban los Países Bajos, nombró sucesor suyo en el gobierno de Flandes a su sobrino Alejandro Farnesio. Nombramiento que fue respetado y refrendado poco más tarde por Felipe II.
Como gobernador de Flandes, Farnesio consiguió firmar con los sublevados el Tratado de Arrás, (1579) por el que todas las provincias se reconocían súbditos del rey de España, Felipe II y aceptaban seguir en la religión católica a cambio de que fueran retirados los tercios españoles de los Países Bajos. Tan poderosos e invencibles les consideraban y tan respetuoso temor les tenían desde la gobernación del Duque de Alba…
Pero esa paz no duró mucho tiempo. Pronto Guillermo de Orange, inició un nuevo levantamiento y nueva guerra contra los católicos españoles y se encendieron de nuevo las hostilidades entre ambos bandos.
Alejandro Farnesio se vio obligado a levantar el sitio de Cambrai y a abandonar Amberes, pero en 1585, reconquistó de nuevo Bruselas y Gante y puso nuevamente sitio a Amberes, una de las ciudades mejor fortificadas de la Europa de su tiempo.
El asedio de Amberes, (1584-1585), constituyó una de las grandes proezas llevadas a cabo por los tercios en Flandes. Completado el cerco a la ciudad, empezaron por construir un canal de 22 kilómetros para poder desaguar los fosos inundados y las lagunas que rodeaban Amberes.
Asimismo construyeron un puente sobre 32 barcos para acercarse directamente a las murallas y tomarlas al asalto.


Asedio de la ciudad de Amberes (1584-1585).



Durante el cerco sufrieron, a su vez, el ataque de más de 160 barcos de guerra con gran número de soldados, llegados en auxilio de Amberes. En esta ocasión y cuando estaban a punto de perder la partida, el propio Farnesio luchó en primera fila de combate, cuerpo a cuerpo, para dar ejemplo sus hombres.
Finalmente en agosto de 1585 pudieron asaltar y conquistar la ciudad. Cuando se enteró el rey Felipe II, escribía todo alborozado a su hija Isabel Clara Eugenia: “Nuestra es la Ciudad”.
Ese mismo año, 1585, murió el padre de Alejandro y heredó los títulos de duque de Parma, Plasencia y Guastalla.
En diciembre de 1589, el rey católico francés Enrique III fue asesinado por los protestantes y Alejandro Farnesio recibió órdenes de Madrid para invadir Francia y oponerse al nombramiento de su sucesor, Enrique IV, enemigo de los católicos. Un año después, en 1590, nuevamente derrotó al ejército francés en la batalla de Ligny.

En el asedio de Claudebec, fue herido y se retiró con sus tercios a los Países Bajos, donde poco después, en diciembre de 1592, infectadas las heridas y con mucha fiebre, murió en Arrás.

Sus restos fueron trasladados a Parma, en Italia, y allí fueron enterrados en el panteón familiar dentro del templo de Santa María de Steccata.
Basílica de Santa María della Steccata,
edificada entre 1521 y 1539
donde descansan los restos de Alejandro Farnesio.




13.3 ÁLVARO DE BAZÁN Y GUZMÁN, MARQUÉS DE SANTA CRUZ (1526- 1558)

Álvaro de Bazán y Guzmán, Grande de España, Señor de Valdepeñas, Comendador Mayor de León, Marqués de Santa Cruz, Capitán General de la Mar Océano, Grande de Santiago y del Consejo de Su Majestad, militar y almirante.

Álvaro de Bazán, descendiente de Íñigo López, Señor de Vizcaya, nació en Granada donde su padre era capitán general de la flota cristiana del estrecho y se había distinguido por sus luchas navales en tiempos de Carlos I.
Álvaro vivió desde pequeño en un ambiente guerrero y marinero y ya adolescente acompañó siempre a su padre en las distintas misiones que le fueron confiadas.
A los 19 años participó con su padre en la batalla de Muros, (Galicia, 1544), contra los piratas ingleses y luego fue nombrado capitán general de las galeras de España.
Carlos I le encargó la protección de la “flota de Indias” cuando se acercaba a las costas del sur, procedente de América.
Más tarde Felipe II organizó una armada de 100 navíos para atacar y conquistar el Peñón Vélez y la Gomera, nido de piratas berberiscos que asolaban el estrecho de Gibraltar y las costas andaluzas. El mando de la expedición se la confió a García Álvarez de Toledo y Osorio, quien, a su vez, nombró a Álvaro de Bazán, como lugarteniente suyo.
En 1550 obtuvo el permiso para construir galeones y galeazas para abastecer de navíos la rutas de América y desde 1554 se dedicó a vigilar las costas españolas y americanas para atacar navíos enemigos y piratas.

Peñón de Vélez de la Gomera, fortaleza refugio de piratas berberiscos que asaltaban el comercio mediterráneo y asolaban las costas indefensas del levante español. Fue conquistado por la expedición de García Álvarez de Toledo y Álvaro de Bazán, durante el reinado de Felipe II.

En 1566, Álvaro de Bazán fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles y poco después, recibió el título de marqués de Santa Cruz de Mudela.
Con las 30 galeras que componían la escuadra de Nápoles acudió a la batalla de Lepanto, (1571), bajo el mando supremo de D. Juan de Austria y luchó muy activa e inteligentemente a su lado, ocupando el puesto de mando de la retaguardia.
Al ver que el flanco derecho de la armada cristiana quedaba desprotegido, envió 10 de sus barcos para cubrirle e impedir que le atacaran de costado las naves mahometanas.
Continuará

Villanueva de la Peña, 14 de febrero de 2018
JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ BRAVO
Maestro Nacional, Doctor en Historia
Fundador y Exdirector de la Universidad Laboral de Toledo








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