13 GRANDES MAESTRES Y
CAPITANES (II)
D. Luis de Requesens y Zúñiga. |
D. Luis de Requesens y Zúñiga, General de Mar y Tierra, Comendador de Castilla, paje del rey Felipe II con quien fue compañero de infancia y compartió juegos, preparación y estudios.
Buen militar, embajador y
político, sirvió siempre los intereses del rey con total entrega y
dedicación.
Había nacido en Barcelona, en
la casa-palacio de sus padres, el “Palau”, antiguo palacio real
de los reyes de Aragón, en Barcelona.
En 1537, a la edad de 9 años,
Carlos I de España le concedió el hábito de Caballero de la Real
y Militar Orden de Santiago.
En 1543, acompañó al
príncipe Felipe a Lisboa para su matrimonio con María de Portugal.
El 12 de julio de 1551, llegó
Felipe II al puerto de Barcelona y Luis de Requesens salió a
recibirle como antiguo compañero. Venía con el rey el duque Manuel
Filiberto de Saboya, a quien ofreció hospedarse en su “casa-palau”
familiar. De esta convivencia durante su estancia en Barcelona nació
entre los dos personajes una gran amistad y un aprecio mutuo que duró
toda su vida.
En las capitulaciones con la
Orden de Santiago, de las que era caballero, aceptó que ésta
recibiría del rey 4 galeras con el compromiso de tenerlas siempre a
punto para la defensa de las costas mediterráneas y la Orden propuso
y así quedó determinado, que Luis de Requesens se hiciera cargo de
ellas. Esta fue la ocasión de su contacto directo con el mar.
En 1561 inmensamente rico por
diversas herencias familiares, después de haber renunciado a la
dirección de las galeras, fue nombrado por el rey, su embajador ante
la Santa Sede.
En el nombramiento se le asignaba un sueldo de 8.000
ducados de oro al año y otros 10.000 para el traslado de él, de su
familia y séquito a Roma.
En 1566 fue elegido papa el
cardenal Antonio Michele Ghislieri, bajo el nombre de Pío V. Luis de
Requesens, como embajador del rey Felipe II, fue quien más trabajó
en la preparación y firma del Tratado de la Santa Liga.
Estando en Roma fue llamado
por Felipe II para ponerse al servicio de D. Juan de Austria y
dirigir con él la guerra contra la sublevación de los moriscos en
las Alpujarras (1568-1571).
En 1571 y 1572, nuevamente
siguió junto a D. Juan de Austria, nombrado capitán general de la
Santa Liga y con él preparó y posteriormente dirigió la gran
batalla naval de Lepanto.
En un correo confidencial
expresamente le ordenaba el rey que el “capitán
general, (D
.Juan de Austria, su hermanastro),
no podía expedir ni firmar disposición ninguna sin la previa
revisión y aquiescencia de don Luis»,
tal era la confianza que D. Luis inspiraba a Felipe II.
Por
otra parte, la compenetración de Luis de Requesens con D. Juan de
Austria era tan grande como la que mantenía con el propio rey.
Requesens
“prometió a la Virgen que mandaría construir un convento
en Villarejo
de Salvanés en
su nombre, si ganaban la batalla” (Lepanto). Y
así se hizo con el beneplácito de D. Juan.
Acabada victoriosamente la
lucha naval contra el turco, en 1572, el rey le nombró, en premio a
sus muchos servicios, gobernador de Milán y al año siguiente en
1573, de los Países Bajos, muy alborotados y soliviantados por la
dureza con que Fernando Álvarez de Toledo, III duque De Alba,
ejercía su mandato.
En 1574, consiguió una gran
victoria en Mook
frente a las tropas
de Luis de Nasau, pero el proselitismo calvinista y la falta de
erario público para mantener los efectivos de sus tercios, hicieron
fracasar su pacificación.
Por estas mismas fechas, (mayo
de 1577), murió Osorio García de Toledo, capitán general de la Mar
y marino muy destacado en las batallas navales de La Goleta. Poco
después, fue nombrado para sustituirle Luis de Requesens que se
alejó de Roma tratando de organizar una escuadra poderosa para
enfrentarse a Barbarroja y a los berberiscos que seguían asolando
las costas de España y de las islas mediterráneas.
Murió el 5 de marzo de 1576 a
la temprana edad de 48 años, en plena sublevación de los Países
Bajos.
13.2 ALEJANDRO FARNESIO,
DUQUE DE PARMA
(1545- 1592)
Ottavio Farnesio era hijo del
duque de Parma y de Margarita de Parma, hija natural de Carlos I el
emperador. Por tanto, era sobrino del rey Felipe II y de D. Juan de
Austria. Su infancia transcurrió por ello en la corte de España y
en 1565, se casó con María de Portugal, nieta de Manuel I el
Afortunado.
Luchó en Lepanto al lado de
su tío D. Juan de Austria y tras la batalla, al ser nombrado éste
gobernador de los Países Bajos, una vez iniciado su mandato, se
llevó consigo a su sobrino Alejandro Farnesio para ponerle al
frente de los tercios de Flandes.
D. Juan de Austria y Alejandro
Farnesio siempre estuvieron unidos por una gran amistad y una total
confianza entre ellos, unidos como estaban por lazos de sangre,
amistad y profesión.
D. Juan de Austria con la
ayuda de los tercios de Alejandro Farnesio llegados de Italia,
vencieron en la batalla de Gembloux,
(1578), a los
protestantes sublevados en los Países Bajos, en los inicios de la
llamada Guerra de los 80 años. Fue una gran victoria, pues los
contrarios eran muy superiores en número. Sin embargo, con pocas
bajas propias, pasaron de 10.000 los enemigos muertos o prisioneros y
se adueñaron además de toda su artillería y bagajes.
Grabado del siglo XVI que representa a Alejandro Farnesio preparando su caballería para cargar sobre el enemigo en la batalla de Gembloux.
En 1578, D. Juan de Austria,
cayó muy enfermo y a punto de morir, consciente de la gravedad de
su estado y de las circunstancias por las que atravesaban los
Países Bajos, nombró sucesor suyo en el gobierno de Flandes a su
sobrino Alejandro Farnesio. Nombramiento que fue respetado y
refrendado poco más tarde por Felipe II.
Como gobernador de Flandes,
Farnesio consiguió firmar con los sublevados el Tratado
de Arrás, (1579)
por el que todas las provincias se reconocían súbditos del rey de
España, Felipe II y aceptaban seguir en la religión católica a
cambio de que fueran retirados los tercios españoles de los Países
Bajos. Tan poderosos e invencibles les consideraban y tan respetuoso
temor les tenían desde la gobernación del Duque de Alba…
Pero esa paz no duró mucho
tiempo. Pronto Guillermo de Orange, inició un nuevo levantamiento y
nueva guerra contra los católicos españoles y se encendieron de
nuevo las hostilidades entre ambos bandos.
Alejandro Farnesio se vio
obligado a levantar el sitio de Cambrai y a abandonar Amberes, pero
en 1585, reconquistó de nuevo Bruselas y Gante y puso nuevamente
sitio a Amberes, una de las ciudades mejor fortificadas de la Europa
de su tiempo.
El asedio
de Amberes, (1584-1585),
constituyó una de
las grandes proezas llevadas a cabo por los tercios en Flandes.
Completado el cerco a la ciudad, empezaron por construir un canal de
22 kilómetros para poder desaguar los fosos inundados y las lagunas
que rodeaban Amberes.
Asimismo construyeron un
puente sobre 32 barcos para acercarse directamente a las murallas y
tomarlas al asalto.
Asedio de la ciudad de
Amberes (1584-1585).
Durante el cerco sufrieron, a su vez, el ataque de más de 160 barcos de guerra con gran número de soldados, llegados en auxilio de Amberes. En esta ocasión y cuando estaban a punto de perder la partida, el propio Farnesio luchó en primera fila de combate, cuerpo a cuerpo, para dar ejemplo sus hombres.
Finalmente en agosto de 1585
pudieron asaltar y conquistar la ciudad. Cuando se enteró el rey
Felipe II, escribía todo alborozado a su hija Isabel Clara Eugenia:
“Nuestra es la
Ciudad”.
Ese mismo año, 1585, murió
el padre de Alejandro y heredó los títulos de duque de Parma,
Plasencia y Guastalla.
En diciembre de 1589, el rey
católico francés Enrique III fue asesinado por los protestantes y
Alejandro Farnesio recibió órdenes de Madrid para invadir Francia
y oponerse al nombramiento de su sucesor, Enrique IV, enemigo de los
católicos. Un año después, en 1590, nuevamente derrotó al
ejército francés en la batalla de Ligny.
En el asedio de Claudebec, fue herido y se retiró con sus tercios a los Países Bajos, donde poco después, en diciembre de 1592, infectadas las heridas y con mucha fiebre, murió en Arrás.
Sus restos fueron trasladados a Parma, en Italia, y allí fueron enterrados en el panteón familiar dentro del templo de Santa María de Steccata.
En el asedio de Claudebec, fue herido y se retiró con sus tercios a los Países Bajos, donde poco después, en diciembre de 1592, infectadas las heridas y con mucha fiebre, murió en Arrás.
Sus restos fueron trasladados a Parma, en Italia, y allí fueron enterrados en el panteón familiar dentro del templo de Santa María de Steccata.
Basílica de Santa María
della Steccata,
edificada entre 1521 y 1539
donde descansan los restos
de Alejandro Farnesio.
13.3 ÁLVARO DE BAZÁN Y GUZMÁN, MARQUÉS DE SANTA CRUZ (1526- 1558)
Álvaro de Bazán y Guzmán, Grande de España, Señor de Valdepeñas, Comendador Mayor de León, Marqués de Santa Cruz, Capitán General de la Mar Océano, Grande de Santiago y del Consejo de Su Majestad, militar y almirante.
Álvaro de Bazán, descendiente de Íñigo López, Señor de Vizcaya, nació en Granada donde su padre era capitán general de la flota cristiana del estrecho y se había distinguido por sus luchas navales en tiempos de Carlos I.
Álvaro vivió desde pequeño
en un ambiente guerrero y marinero y ya adolescente acompañó
siempre a su padre en las distintas misiones que le fueron
confiadas.
A los 19 años participó con
su padre en la batalla de Muros,
(Galicia, 1544), contra los piratas ingleses y luego fue nombrado
capitán general de las galeras de España.
Carlos I le encargó la
protección de la “flota
de Indias” cuando
se acercaba a las costas del sur, procedente de América.
Más tarde Felipe II organizó
una armada de 100 navíos para atacar y conquistar el Peñón Vélez
y la Gomera, nido de piratas berberiscos que asolaban el estrecho de
Gibraltar y las costas andaluzas. El mando de la expedición se la
confió a García
Álvarez de Toledo y
Osorio, quien, a su
vez, nombró a Álvaro
de Bazán, como
lugarteniente suyo.
En 1550 obtuvo el permiso para
construir galeones y galeazas para abastecer de navíos la rutas de
América y desde 1554 se dedicó a vigilar las costas españolas y
americanas para atacar navíos enemigos y piratas.
Peñón de Vélez de la Gomera, fortaleza refugio de piratas berberiscos que asaltaban el comercio mediterráneo y asolaban las costas indefensas del levante español. Fue conquistado por la expedición de García Álvarez de Toledo y Álvaro de Bazán, durante el reinado de Felipe II.
En 1566, Álvaro de Bazán fue nombrado capitán general de las galeras de Nápoles y poco después, recibió el título de marqués de Santa Cruz de Mudela.
Con las 30 galeras que
componían la escuadra de Nápoles acudió a la batalla de Lepanto,
(1571), bajo el mando supremo de D. Juan de Austria y luchó muy
activa e inteligentemente a su lado, ocupando el puesto de mando de
la retaguardia.
Al ver que el flanco derecho
de la armada cristiana quedaba desprotegido, envió 10 de sus barcos
para cubrirle e impedir que le atacaran de costado las naves
mahometanas.
Continuará
Villanueva de la Peña, 14 de febrero de 2018
JOSÉ MANUEL GUTIÉRREZ
BRAVO
Maestro Nacional, Doctor en
Historia
Fundador y Exdirector de la
Universidad Laboral de Toledo
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