Subramanian Chandrasekhar. |
Otro
precursor del concepto de lo que posteriormente se conocería como
“agujeros negros” fue el físico Subramanian
Chandrasekhar
(1910-1995), nacido en Lahore (India). Consiguió una beca para hacer
el doctorado en Cambridge.
En
el desarrollo de sus investigaciones dedujo que las estrellas
llamadas enanas blancas
–el núcleo que le
queda a una estrella una vez acabado su ciclo–, si superaban una
masa de 1,44 la masa actual de nuestro Sol, se colapsarían
y se derrumbarían sobre sí mismas. Este valor lo calculó cuando
sólo tenía 19 años, en 1930. Curiosamente, estas deducciones las
realizó durante el largo viaje en tren y en barco que le llevaba
hasta Inglaterra para tomar posesión de su beca.
Suernova. |
Arthur S. Eddington. |
Arthur
S. Eddington tenía una gran relevancia social. Él fue quien lanzó
a la fama a Einstein, al comprobar en 1919 durante un eclipse de Sol,
que los postulados de la teoría de la relatividad estaban en lo
cierto.
Chandrasekhar
abandonó Inglaterra –que le cerró todas las puertas a raíz del
incidente– y se trasladó a Estados Unidos, donde llegó a ser uno
de los astrofísicos más respetados e influyentes del mundo. Sus
aportaciones sobre las “enanas blancas” se conocen como límite
de Chandrasekhar.
Al
final, el tiempo le dio la razón y sus hallazgos fueron aceptados
universalmente. Su legado científico no solo se reconoció con el
Nobel, recibido en 1983 –más de cincuenta años después de su
genial descubrimiento–, sino que además la NASA lanzó un
telescopio espacial que lleva su nombre: el Observatorio
de rayos-X Chandra.
Fue lanzado en 1999, pocos años después de su muerte. Parecía
hecho a propósito, puesto que Chandra
significa “luna” en sánscrito.
Francisco
Sáez Pastor
Universidad
de Vigo
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