4 Lasalianos
Cuando los Hermanos Visitadores escribían, años atrás, una circular al Distrito, el encabezamiento era inequívoco: “Queridos Hermanos”. Cuando el H. Visitador se dirige hoy en sus circulares a sus destinatarios, comienza así: Estimados Hermanos y Asociados. En una circular oficial los destinatarios no son solo los Hermanos; existen otros que son también legítimos destinatarios de la circular y de su Mensaje. Son los Asociados, una forma de pertenecer al Instituto, un grupo especial dentro de los miembros de esta gran familia de los lasalianos.
1
Los lasalianos colaboradores en la
misión educativa son todos aquellos que realizan su trabajo en un centro
escolar de La Salle. En nuestros días se solicita a cada aspirante nuevo o a
los que llevan ya un tiempo de dedicación en un centro lasaliano, además de su
preparación académica y pedagógica, tres cosas al menos:
profesión de su fe cristiana, vivencia del espíritu y el carisma lasalianos y
aceptación del Proyecto Educativo del centro escolar.
La
mayor parte del profesorado de los
centros La Salle está formada por estos profesores, ellos y ellas, que asumen
su labor como algo más que un mero trabajo remunerado o incluso más que una
profesión, y viven, en el grado que les es posible, el carisma de la Salle.
Participan en las actividades educativas y pastorales que constituyen el
entramado de la educación cristiana y encarnan el espíritu cristiano y
lasaliano de la educación que imparten. Si hiciéramos un recuento de los centros escolares lasalianos de España nos
encontraríamos con una abrumadora mayoría de seglares que son los auténticos
educadores de la Salle hoy.
2 Existe también otro grupo de
seglares que, dentro de la Familia Lasaliana e integrado en la misión educadora
del Instituto de los Hermanos, lo hace desde unas condiciones personales y
grupales específicas. Son los que los Hermanos Visitadores llaman en sus
circulares “Asociados”. ¿Qué
diferencias existen entre este grupo y el anterior? Para comprenderlo mejor es
necesario que echemos mano de una
término que ha sido desde hace tiempo
y lo es actualmente, uno de los fundamentos que ayudan a comprender el origen del
Instituto y su originalidad: se trata del término “Asociación”.
2.1
“Juntos y por asociación” es una
expresión que nos remite a los orígenes: los primeros Hermanos vivieron, junto
con el Fundador, una experiencia original de “unión de sus vidas para la
misión” que se expresaba en una frase cuyo término central, “asociados” tiene
“una connotación mística que va más allá de la definición dada por el
diccionario”. Era el signo de entrega y unión de por vida de los primeros
Hermanos (especialmente de S.J.B. de La Salle y los HH. Nicolas Buyart y G. Drolin)
para realizar la misión de las “escuelas para los hijos de los artesanos y de
los pobres”. “Cuando se asociaron entre sí, los primeros Hermanos
experimentaron a través de su historia personal, que sus vidas quedaban unidas de
manera irrevocable…”. Era un voto, es un voto, ahora redescubierto que funda,
en el origen, la originalidad de la Congregación y que hoy es central en la
definición de la identidad del Hermano.
2.2
Pues bien, esta fórmula, que ha sido aplicada
exclusivamente a los Hermanos, hoy se hace extensiva a todos los lasalianos,
con un “sentido dinámico y profundo”: lejos de un sentido meramente jurídico y
canónico “representa el vínculo que une a todos aquellos que se han
comprometido con la Misión Lasaliana, es decir, aquellos que se consideran
responsables de la misma, y que contribuyen a su vitalidad”. Este vínculo puede ser asumido desde varias
situaciones personales: como Hermanos, como seglares lasalianos que “lo
expresan públicamente después de un
proceso personal y según las costumbres de cada Distrito”, y otros que, sin realizar un compromiso personal público,
“prefieren vivirlo implícitamente a través de su compromiso con la Misión
Lasaliana”. Estos últimos son los que antes hemos llamado colaboradores,
término que no expresa la hondura de su compromiso personal en la educación.
3
Existen, por tanto, en el Instituto, los llamados asociados. Estos miembros
de la Familia Lasaliana viven vinculados con un cierto compromiso, expresado
públicamente y recibido oficialmente por el Superior mayor del Instituto (H.
Visitador). Colaboran estrechamente con la Misión Lasaliana; quienes no forman
parte de una comunidad mixta, según dijimos en la colaboración del número
anterior, viven su vida familiar pero están “integrados” a una comunidad de
Hermanos como su comunidad de referencia. Como hemos dicho antes, su situación
jurídica se sitúa dentro de los límites
del Instituto, no tienen personalidad propia ni desde la legislación civil ni
desde la eclesiástica. Esta situación, que a algunos puede parecer un tanto
ambigua, es algo que los propios asociados desean mantener, pues, por ahora, es
más fuente de ventajas que de inconvenientes.
(Nota: es de advertir que en otros contextos lasalianos, en el
extranjero, aunque también en España, existe
la asociación Signum Fidei,
que viene a cumplir iguales o parecidos objetivos en cuanto a la vinculación con el Instituto y
su Misión).
4 ¿Sucesores de los Hermanos? Quizás
alguien pudiera pensar que esta vinculación estrecha de los asociados con el
Instituto podría suponer, en el futuro, algo así como una “Tercera Orden” y, en
cierto modo, como la reserva lasaliana del futuro, como los “sucesores” (en
países donde los Hermanos van escaseando) de los propis Hermanos. Por supuesto
que no es esta la perspectiva adecuada para comprender a este tipo de
lasalianos que llamamos Asociados.
Sólo podemos decir –y no es poco- que ellos son una respuesta a las llamadas
urgentes de los signos de los tiempos y una señal de que el carisma y la misión
de S. J. B. de La Salle en nuestro tiempo no es tarea sólo –y en algunos
contextos ni principalmente- de los Hermanos, sino que es una realidad
participada por todos aquellos que se han sentido “tocados” por la riqueza de
la persona y de la espiritualidad de La Salle.
Teódulo GARCÍA REGIDOR
Maestro.
Profesor del Centro Universitario La Salle
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