No reniegues de lo que han hecho tus padres por ti.
Hicieron lo que creyeron que era mejor, quizá lo único que
sabían hacer por ti. No supieron hacer más.
¿Qué era su deber de padres? Pero, un deber que cumplieron.
Pudieran haberse saltado el deber y no haber hecho nada. Hay
que agradecerles que no se lo saltaron y que hicieron lo que hicieron.
Los árboles crecen como pueden y no suele haber árboles feos.
Los ríos van a desembocar al mar, pero la naturaleza les
impone que no vayan derechos sino haciendo meandros. Serpentean con sus
meandros y terminarán de hacerlos al
llegar al mar.
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