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53. Método Redacta. Interiorización creacionista


        
 

                        
1. Alumnos de primaria (6-11 años)
Redacciones colectivas.
Enumeraciones. Carriles.
Sin dejar los carriles:
Variaciones (I, II y III)
 
2.      Alumnos de secundaria (12-15):
Enfoques: objetivo, directo e intimista.

3.     Alumnos de bachillerato (16-17 años):
Interiorizaciones: detallista, significativa, creacionista.
Primer ensayo del bachiller.
 

Carril de nombres - Enfoque objetivo - Interiorización detallista
 Carril de verbos - Enfoque fabulador - Interiorización significativa
 Carril de calificativos – Enf. intimistaInteriorización  creacionista

    
INTERIORIZACIONES
 
 
INTERIORIZACIÓN CREACIONISTA
 
 
El último peldaño el Método
Si nuestro aprendiz de escritor pasó con alguna holgura por el enfoque intimista, está en disposición de iniciarse ya en la interiorización creacionista. Esta es el paso superior, en vertical, sobre aquel enfoque.
enfoque intimista - interiorización creacionista
Por otra parte, la interiorización detallista y la interiorización significativa que preceden a la creacionista han venido preparando el camino de esta interiorización que ha de llamarse creacionista.
interiorización detallista – int. significativa – int. creacionista
Coordenadas. Estamos, pues, en el tercer plano del Sistema Redacta y en su tercer peldaño. El alumno vuelve sobre los calificativos de lo que fueron carriles y sobre el enfoque intimista de lo que trabajó como enfoques para interiorizarlo.
 
 
Líneas maestras de la interiorización creacionista
·        Si al enfoque intimista le caracterizaba la subjetividad, la imaginación y el fluir de los propios sentimientos, en la interiorización creacionista el aprendiz de la expresión escrita sintoniza con su interior y el interior de las cosas y crea una nueva realidad para expresarla con mayor vigor, inventa sin destruir, y deja que de su yo más creativo surja una expresión cercana al vanguardismo literario, con parecidos con el creacionismo del chileno Vicente G. Huidobro.
 
·        El aprendiz va más allá de la razón, aunque no se proponga ser ultraísta. Pretende alcanzar una realidad  más alta (una sobrerrealidad), aunque no se le pueda clasificar de surrealista.
 
·        Libera su fantasía de individuo, como los dadaístas, aunque desconozca la existencia de aquel movimiento balbuciente de vanguardia.
 
·        Negativamente se ha de definir la interiorización creacionista afirmando que no es la práctica del creacionismo de Vicente G. Huidobro, por más que aquel movimiento vanguardista pueda resultar especialmente fecundo en un proceso de aprendizaje de la redacción. Piénsese, sobre todo, más que en la poesía, en la prosa del “Mío Cid Campeador, Hazaña”, del chileno.
 
·        Positivamente, la interiorización creacionista coloca el acento en el sujeto que escribe, en su creador. Como en el caso del enfoque intimista, su peldaño inferior anterior.
 
·        Al aprendiz de esta interiorización le valdrá el lema de Vicente Huidobro, tan repetido en las Historias de la Literatura: “El poeta es un dios. No cantes la lluvia, poeta, haz llover”. Ha de crear objetos nuevos, como la naturaleza crea los árboles, precisamente para mejor expresar la realidad en todo su vigor.
 
·        Le será necesaria la observación tenaz del detalle (1ª interiorización) y la selección inteligente de los aspectos picudos de la realidad (2ª interiorización) como cimiento indispensable de una eficaz interiorización creacionista.
 
 
                                   Definición rápida de la interiorización creacionista
 
En esta etapa si el aprendiz de escritor recrea en su intimidad lo que ve, ateniéndose con todas sus fuerzas imaginativas a la real dirección o al devenir de las realidades que va a expresar, estará haciendo creacionismo o interiorización creacionista.
 
 
Una muestra
 
·        El camino recorrido hasta ahora puede resultar una cantera de recursos de los que echar mano para una página creacionista. En el  caso de Miguel Ángel Asturias será la reiteración, uno de los carriles trabajado anteriormente con las enumeraciones,  gradaciones, diálogos…
 
     ·        Pudiera echarse mano igualmente de otros carriles: textos mutilados, condensaciones, personificaciones, calco de modelos…
 
“Al paso del tren los campos cobraban movimiento y echaban a correr como chiquillos uno tras otro, uno tras otro, uno tras otro: árboles, casas, puentes…
… Uno tras otro, uno tras otro, uno tras otro… La casa perseguía al árbol, el árbol a la cerca, la cerca al puente, el puente al camino, el camino al río, el río a la montaña, la montaña a la nube, la nube a la siembra, la siembra al labriego, el labriego al animal…
… El animal a la casa, la casa al árbol, el árbol a la cerca, la cerca al puente, el puente al camino, el camino al río, el río a la montaña, la montaña a la nube…
Una aldea de reflejos  corría en un arroyo de pellejito transparente y oscuro fondo de mochuelo…
… La nube a la siembra, la siembra al labriego, el labriego al animal, el animal…
… El animal a la casa, la casa al árbol, el árbol a la cerca, la cerca…”
 
ASTURIAS, Miguel Ángel, (1982)
El Señor Presidente, Buenos Aires: Losada, p. 266.
Técnicas de expresión escrita
 
·        Por dos caminos puede el aprendiz de escritor creacionista encontrar la manera de “hacer llover”, es decir, de dar con la inesperada y sorprendente entraña interior de las cosas que pretende describir o narrar.
1. Por la hiperbolización de lo que se le ofrece como objeto, ante él, del que escribir.
 
Vicente Huidobro en su Mío Cid Campeador, hazaña hiperboliza, fantasea desmesuradamante:
 
 
“De repente, un juramento demasiado grueso se queda parado como una golondrina. Entonces doña Jimena se asoma airada al balcón y todos bajan la vista temblorosos. Es el ama, la esposa del amo que no gusta de palabrotas”.
 
 
2.     Mediante la relación de objetos entre sí bien distantes, que le servirán de caja de resonancia.
 
La caja de resonancia puede ser una nube de golondrinas, incluso en el caso del Cid:
 
 
“La multitud se hace una sola garganta para gritar:
 ¡Viva el Cid Campeador!
Una bandada de golondrinas pasa volando, pesca el nombre al vuelo, y va a repetirlo por todos los rincones del mundo:
¡Mío Cid, Mío Cid! – van chillando las golondrinas”.
 
 
Otra muestra
 
·        Aquí será una obra de arte. Se la ve con ojos nuevos. Se ve lo que hay en ella, pero ahora a través del filtro de una situación muy original.
 
·        El aprendiz de escritor va más allá de la intuición a que da pie la obra maestra. Inventa o fantasea una nueva realidad que justifica y da relieve al valor del cuadro, de la pieza musical o de la escultura, en su caso…
 
·        Ana Belén Casado Alcalde, una alumna de bachillerato internacional, SEK El Castillo, de 15 años, vio así la obra cumbre de Velázquez, Las Meninas.
 
   
 
LAS MENINAS
“Es un momento maravilloso.
Mientras José Nieto baja las escaleras y dos mujeres hablan, una de ellas monja; mientras Velázquez retoca su cuadro preguntándose qué es lo que falla, mientras un niño inocente pisa a un perro inocente, las meninas rodean a la infanta Margarita.
Es un momento especial.
Reflejados en el espejo, los reyes observan la escena. La sala es grande y está llena de cuadros que la adornan. La luz que entra por la ventana no llega a iluminar toda la estancia.
Es un momento mágico.
El tiempo se para. El tiempo se ha parado. Cualquiera puede pasear ahora entre las gélidas almas de los personajes. Ahí están, esperando. El tiempo se ha parado en esta sala no del todo iluminada.
Los personajes esperan a que alguien que observa el cuadro les salve. Pero no pueden indicarlo porque el tiempo se ha parado. Están desesperados por dentro; por fuera, sus expresiones son tranquilas. Por dentro sus almas gritan socorro, por fuera observan al espectador que no les logra liberar de la estancia sin tiempo. Por dentro, la sala llora resignadamente. Por fuera, es el mejor cuadro del mundo”.
 
 
Recursos de enfoque. Ejemplos
 
No bastará el recurso, pero ayudará el… :
 
·        Intentar ir más allá de lo que es costumbre y aparece.
 
“En las paradas de los autobuses la gente aguarda y mira hacia lejos, como si estuviera esperando la llegada de un expreso o de un vapor del Caribe”.                                    
(Antonio Muñoz Molina)
 
·        Poner ojos perforadores en el encanto de lo cotidiano y acostumbrado.
Vamos al bosque y no vemos más que árboles desiguales, siempre en el mismo lugar, con el tronco más o menos recto… Wenceslao Fernández Flórez lo ve animado:
 
“Los árboles tienen sus luchas. Los mayores asombran a los pequeños, que crecen entonces con prisa para hacerse dueños de su ración de sol… No se aburren nunca porque no miran a la tierra, sino al cielo…”
(Wenceslao Fernández Flórez, (1943) El bosque animado.
 
·        Inventar Mediterráneos curiosos, aunque estén ya descubiertos.
 
Como Pascal, cuando era niño, se inventó toda una geometría - a la circunferencia le llamaba redondel y a la línea recta, barra…-, el aprendiz de escritor puede un buen día caer en la cuenta de que Castilla no es tierra de curvas y que en ella todo está erguido como los chopos, es horizontal como los galgos o es oblicuos como los rayos de sus tormentas…
 
“Pues bien, cabe una geometría sentimental para uso d leoneses y castellanos, una geometría de la meseta. En ella, la vertical es el chopo y la horizontal, el galgo”.
Ortega y Gasset, José, El espectador, III. Notas de andar y ver.
 
·        Ampliar, dilatar, agrandar el dato o el objeto.
 
¿Quién sería el autor del Cantar de Mío Cid? ¿Un labrador poeta perdido entre una turba de labriegos de un pueblecito de Soria?
 
“No es pobre este personaje; tiene unas tierras; vive con cierta holgura; los ratos que le dejan libre sus estudios, él los dedica a charlar con los labriegos y con los oficiales de mano. En su casa hay u ancho patio; unos gallos diligentes y petulantes le avisan todos los días a la hora en que va a romper el alba…
AZORÍN (1942): Al margen de los clásicos.
 
·        Dar la vuelta al tema, ponerlo patas arriba, pensar en su contrario.
 
La cosa puede empezarse por algo tan elemental como darle vuelta de calcetín a los refranes del Refranero español:  
 
Piensa mal, que acertarás: piensa bien, que acertarás o darás en el clavo.
Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro: Dale pan al pordiosero, aunque te quedes sin perro.
Cría cuervos y te sacarán los ojos: cría palomas y te arrullarán los sueños.
En abril, aguas mil: Las nieves por miles para mis diciembres.
 
·        Montar coherencias disparatadas.
 
La idea puede surgir de pronto y sin más. Lo normal será que exija una información detenida del tema, reflexión, dominio de objeto hasta el punto de poder jugar imaginativamente con él, ánimo distendido y una formidable capacidad para presentar la obra de arte, el paisaje, el hecho… de forma que pueda decirse con el genial Vicente Huidobro que el escritor no canta a la lluvia sino que hace que llueva.
 
El caso de más arriba, de Ana Belén y sus Meninas.
                                                                                        
 
Redacta
 
Se nos da o elegimos un tema

 
      -         Cualquiera de los apuntados anteriormente.
      -          La última cena de Leonardo da Vinci. / El pensador de Rodin. / La familia de Carlos IV de Goya.
          -          El autor del Cantar de Mío Cid. /  Don Quijote en el aeropuerto de Barajas de Madrid. / La fabulosa flauta del burro flautista de Iriarte.  
       -          Libre elección. 
 
    ·        El aprendiz ha de tener presente que no logrará la interiorización creacionista del todo si no le mana de los espacios sin frecuentar de su fantasía. Ha de ser en él primeramente un regusto personal. Lo que exprese le habrá sobrecogido anteriormente  por su grandeza, por el aire festivo de su condición ligera o porque se lo ha hecho próximo y muy suyo.
 
·        En el temblor de las palabras que escriba se advertirá que nuestro aprendiz previamente fue sacudido por un estado de entusiasmo y de logro. Se zambulló en el tema, que le florece en lo que nos dice. Lo interiorizó y nos lo da recreado.
 
·        Tema y redacción:
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Autoevaluación
 
Compara tu redacción con el texto del Azorín. No nos da en él fragmentos del Cantar de Mío Cid. Recrea el Cantar. En su prosa el Cantar cobra nueva vida y vuelve a florecer. Son brotes nuevos del viejo árbol del Cantar de gesta. Nos lo acerca y hace que tenga una maravillosa  forma nueva en nosotros.
 
 
 
“Deja su labor el poeta: se entretiene un poco por el pueblo y el campo, y más tarde vuelve a su tarea. Los gallos cantan (Ellos mediados gallos piensan cabalgar).Con la misma apacibilidad y sencillez de siempre, va escribiendo nuestro poeta, nombra a los pueblecillos, lugares, campiñas y ríos donde pasan sus personajes. No se olvida de que los caballeros echen el pienso a sus caballos: temprano dat cebada; fizo mío Cid a posar e cebada dar; agora daban cebada, ya la noche era entrada. Cuando ha estado un rato escribiendo, de nuevo se ocupa en los cuidados de la casa y del campo, y más tarde torna a estos pergaminos que él no puede dejar.
Ya está otra vez rasgueando con su plumasobre ellos. Los Gallos cantan. (A los mediados gallos antes de la mañana)”.
 
AZORÍN (1942): Al margen de los clásicos.
Buenos Aires. Losada. p. 25
 
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Carlos Urdiales Recio
Maestro. Especialista en expresión escrita.
Emérito UCJC

 
           
 
 
 
 

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